Sin aspavientos, pirotécnia ni barroquismos. Armados con solo una guitarra, una armónica (bueno, en realidad eran por lo menos cuatro) y un par de cervezas, Txus Blues & Jose Bluefingers ofrecieron una noche de blues en estado puro. Blues de calidad pero sobre todo divertido porque, como bien dicen ellos… Quién dice que el blues sea para llorar?
El Jazzpetit es un bar modesto aunque con estilo (un bar con billar, o tiene estilo o tiene una carretera comarcal en la puerta) y con una muy interesante agenda de conciertos que merece la pena seguir.
Allí pudimos disfrutar con las reinterpretaciones de clásicos atemporales (Beatles, Beach Boys, Doors…). Versiones con personalidad, muy conseguidas, repletas de guiños y letras desbordantes de ingenio a cargo de este dúo singular. No extraña que sean habituales de un festival como el Cazorla Rock.
Txus, además de escribir la mayoría de las letras, exhibe un apabullante dominio de la armónica (al menos apabullante para mi, que no pasé del típico “Oh! Susana” y nunca había visto tantas armónicas juntas fuera de una tienda).
Jose, cuando los temas lo permiten, da muestras de ser un notable instrumentista que sabe controlar los tiempos con la precisión y las garantías que solo da la experiencia (aunque últimamente ensayen por teléfono).
En ocasiones se les vio sorprendidos por la acogida del público, que conocía sus canciones casi mejor que los temas originales.
Muy probablemente esto se deba al boca-boca y a esta amenaza, peligrosísima herramienta para la cultura nacional y que va a matar de hambre a los artistas, que es Internet. Menos mal que tenemos a Ramoncín ® para salvarnos…
Algo no funciona en el mundo de la música cuando hay tanto buitre paseando con los bolsillos del traje llenos, mientras músicos con la implicación y el entusiasmo de Jose y Txus deben compaginar su actividad con otros trabajos para salir adelante…
Lo dicho, blues en estado puro.